El pastoreo, un oficio en vías de extinción pero que “permite estar cerca del cielo”

El pastoreo, un oficio en vías de extinción pero que ‘permite estar cerca del cielo’

Una mirada al mundo del pastoreo, una profesión que lucha por mantenerse viva en la España rural

El pastoreo es una de las profesiones más antiguas de la humanidad, pero en la actualidad se encuentra en un proceso de declive. A pesar de los esfuerzos por preservar esta actividad, cada vez son menos las personas que se dedican a cuidar de los rebaños y a llevar una vida nómada en estrecho contacto con la naturaleza.

En España, el pastoreo ha sido tradicionalmente una actividad fundamental en las zonas rurales, donde los pastores han desempeñado un papel crucial en el mantenimiento de los ecosistemas y la conservación de los paisajes. Sin embargo, la modernización de la agricultura, el éxodo rural y los cambios en los hábitos de consumo han supuesto un duro golpe para esta profesión.

En la actualidad, se estima que en España quedan alrededor de 150.000 pastores, una cifra que representa una caída significativa en comparación con décadas pasadas. Muchos de ellos son personas mayores que luchan por mantener viva una tradición que parece estar condenada a desaparecer.

La vida del pastor: una jornada entre el cielo y la tierra

La vida de un pastor está marcada por un ritmo de trabajo intenso y una estrecha conexión con el entorno natural. Desde el amanecer hasta el anochecer, los pastores se dedican a cuidar de sus rebaños, guiándolos a través de los campos, montes y valles en busca de los mejores pastos.

Levantarse con el sol y acostarse con el sol es lo normal en esta profesión, explica Jesús, un pastor de la provincia de Soria. Nuestro día a día consiste en sacar a los animales al campo, vigilarlos, asegurarnos de que tienen agua y comida suficiente, y luego recogerlos al final de la jornada.

Pero el trabajo del pastor va más allá de la simple supervisión del rebaño. Estos profesionales deben estar atentos a cualquier cambio en el comportamiento de los animales, estar preparados para enfrentar situaciones de emergencia y tener un profundo conocimiento de la meteorología y las condiciones del terreno.

Ser pastor es una forma de vida, no solo un trabajo, afirma Jesús. Tienes que estar constantemente alerta, ser capaz de tomar decisiones rápidas y saber cómo reaccionar ante cualquier imprevisto. Es una profesión que requiere mucha dedicación y compromiso.

Desafíos y dificultades del pastoreo en la España rural

A pesar de la belleza y la tranquilidad que ofrece la vida del pastor, esta profesión se enfrenta a numerosos desafíos y dificultades. Uno de los principales problemas es la falta de relevo generacional, ya que cada vez son menos los jóvenes que se interesan por esta actividad.

Muchos de nosotros somos personas mayores, y nuestros hijos no quieren seguir con el negocio familiar, comenta Jesús. Prefieren buscar trabajos más estables y con mejores condiciones, y no les atrae la idea de llevar una vida tan dura y solitaria como la nuestra.

Otro de los grandes retos del pastoreo es la escasez de recursos y la falta de apoyo institucional. Los pastores a menudo se enfrentan a problemas como la escasez de pastos, la falta de infraestructuras adecuadas y la dificultad para acceder a servicios básicos como la sanidad o la educación.

Muchas veces nos sentimos olvidados por las autoridades, lamenta Jesús. Necesitamos más ayudas y subvenciones para poder mantener nuestras explotaciones y garantizar la sostenibilidad de esta actividad. Sin ese apoyo, es muy difícil que el pastoreo pueda sobrevivir.

Además, los pastores deben lidiar con los desafíos que plantea el cambio climático, como la escasez de agua, las olas de calor o los incendios forestales, que pueden poner en riesgo la supervivencia de los rebaños.

El valor del pastoreo: más allá de la producción de alimentos

A pesar de los numerosos desafíos que enfrentan, los pastores siguen desempeñando un papel fundamental en la conservación de los ecosistemas y la preservación de los paisajes rurales.

El pastoreo no solo nos permite producir alimentos de calidad, sino que también contribuye a mantener la biodiversidad y a cuidar del medio ambiente, explica Jesús. Nuestros rebaños ayudan a controlar la vegetación, a prevenir incendios y a evitar la erosión del suelo. Somos custodios de estos espacios naturales.

Además, el pastoreo tiene un importante valor cultural y social, ya que está estrechamente ligado a las tradiciones y formas de vida de las comunidades rurales. Los pastores son depositarios de un conocimiento ancestral sobre el manejo de los recursos naturales y la convivencia con el entorno.

Ser pastor es mucho más que un trabajo, es una forma de entender la vida, afirma Jesús. Nos permite estar en contacto directo con la naturaleza, apreciar sus ritmos y sus ciclos. Es una profesión que te hace sentir cerca del cielo, de lo esencial.

El futuro del pastoreo: entre la esperanza y la incertidumbre

A pesar de los desafíos que enfrenta, el pastoreo sigue siendo una actividad que despierta el interés y la admiración de muchas personas. En los últimos años, se han desarrollado iniciativas y proyectos que buscan revitalizar esta profesión y promover su valor en la sociedad.

Cada vez más gente, sobre todo jóvenes, se interesa por conocer de cerca la vida de los pastores y aprender de nuestras experiencias, comenta Jesús. Eso nos da esperanza de que quizás haya un futuro para el pastoreo, aunque todavía queda mucho por hacer.

Algunas de estas iniciativas incluyen programas de formación y capacitación para nuevos pastores, la creación de redes de apoyo y comercialización de productos lácteos y cárnicos, y la promoción del turismo rural y las actividades relacionadas con el pastoreo.

Creo que el pastoreo tiene un gran potencial para convertirse en una actividad sostenible y atractiva, especialmente en un contexto de creciente preocupación por el medio ambiente y la alimentación saludable, afirma Jesús. Pero para ello necesitamos más apoyo y reconocimiento por parte de las autoridades y la sociedad en general.

En definitiva, el pastoreo es un oficio en vías de extinción, pero que sigue manteniendo su valor y su importancia en la España rural. A pesar de los desafíos, los pastores como Jesús siguen luchando por preservar una forma de vida que les permite estar cerca del cielo, en estrecho contacto con la naturaleza y las tradiciones de sus comunidades.